Ismael (Mayo) Jiménez Martínez: El hombre más afortunado de la familia Jiménez.
Un caballero encantador, Mayo fue descrito por su hijo, José Antonio Jiménez Bárcenas como “un gran conquistador del corazón femenino,” pues todas sus parejas lo amaron y siempre se expresaron bien de él. No hay forma de saber que definió la personalidad de Mayo. Quizás la ausencia de su padre a temprana edad, el machismo de su tiempo, ser el pequeño de sus hermanos… En fin, sin pretender juzgar ni hacer una apología ni juicio de su vida, es un hecho que Mayo se enamoró y casó muchas veces y gozo del cariño y paciencia de sus esposas, hijos, y nietos. Sus esposas fueron: Carmen Cuellar (maestra), Martha Bárcenas(maestra), Lupita, y María(maestra).
Sus hijos son: Oscar Jiménez Cuellar, María Elena Jiménez Cuellar, Martha Jiménez Bárcenas, José Antonio Jiménez Bárcenas, y Víctor Jiménez. Es posible que haya tenido otros hijos.
Se desconoce como conoció a su esposa, Carmen. A Martha Bárcenas la conoció viajando en ferrocarril. Martha viajaba de Cárdenas, S.L.P. donde era maestral en el año de 1942 con destino a Tampico, y en el tren viajaba Mayo, de 34 años. Al conocerse, Mayo le preguntó de donde era, que hacía, y con quien vivía. A la semana siguiente, Mayo estaba con un ramo de flores en Cárdenas esperándola en la esquina. Mayo Jiménez y Martha vivieron en Monclova, Coahuila (1947), donde nació su hija, Martha Jiménez Bárcenas y concibieron a José Antonio. Además de Monclova, Mayo y Martha vivieron en Cárdenas, S.L.P. (1951), Matías Romero, Oaxaca, Tampico (1956), y la Ciudad de México. Sus hijos y esposas se conocieron al paso del tiempo.
La vida de Mayo podía ser complicada. Por ejemplo. Cuando Oscar Jiménez Cuellar, llegó a buscar a su papá a Monclova, Martha se enteró de su familia Jiménez Cuellar. Pero Mayo tenia potencial de estratega. Años después, conocida su afición por la cacería, se despedía el viernes de su esposa, Lupita, y su hijo, Víctor, en Tampico en traje de cazador con botas, fornitura, rifle, y sombrero. Tomaba el tren y llegaba el sábado en la madrugada a Cárdenas, S.L.P. Pasaba el sábado y domingo en casa con su esposa, Martha, y sus hijos, José Antonio y Martha. El lunes partía en el tren de regreso a Tampico con la misma vestidura de cazador. Su sobrino, Andrés (Chito) Jiménez Sierra le compraba en el mercado de Tampico conejo, venado, o cualquier animal que traían pescadores río arriba, lo que llevaba a casa.
Sin duda, Mayo tuvo la bendición en la vida de que Carmen, Martha, Lupita, y María lo amaran y que sus hijos, Oscar, María Elena, Martha, José Antonio, y Víctor, y sus numerosos nietos, le dijeran “padre” y “abuelo” y le recuerden con cariño. Por ello, Ismael (Mayo) Jiménez Martínez fué el hombre más afortunado de la familia Jiménez.